En la isla a veces habitada de lo que somos
hay noches, mañanas y madrugadas en que no necesitamos morir
En ese momento sabemos lo que fue y será
El mundo se nos aparece explicado definitivamente y entra en nosotros una gran seguridad
y se dice las palabras que la significan
Levantamos un puñado de tierra y la apretamos en las manos con dulzura
Allí esta toda la verdad soportable
El contorno, la voluntad y los limites
Podemos en ese momento decir que somos libres
Con la paz y la sonrisa de quien se reconoce y viajo
Alrededor del mundo infatigable,
porque mordió el alma hasta sus huesos
Liberemos sin apuros la tierra
Donde ocurren milagros como el agua,
la piedra y la raíz
Cada uno de nosotros es en este momento la vida
Que eso nos baste
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