lunes, 5 de septiembre de 2011

José Saramago


En la isla a veces habitada de lo que somos

hay noches, mañanas y madrugadas en que no necesitamos morir

En ese momento sabemos lo que fue y será

El mundo se nos aparece explicado definitivamente y entra en nosotros una gran seguridad

y se dice las palabras que la significan

Levantamos un puñado de tierra y la apretamos en las manos con dulzura

Allí esta toda la verdad soportable

El contorno, la voluntad y los limites

Podemos en ese momento decir que somos libres

Con la paz y la sonrisa de quien se reconoce y viajo

Alrededor del mundo infatigable,

porque mordió el alma hasta sus huesos

Liberemos sin apuros la tierra

Donde ocurren milagros como el agua,

la piedra y la raíz

Cada uno de nosotros es en este momento la vida

Que eso nos baste

Na ilha por vezes habitada, "Provavelmente alegria", 1985

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